Y después de eso, ¿que te queda? Rendirte es demasiado fácil, pero seguir adelante sonriendo como si nada hubiera pasado, es muy difícil, más bien diría yo, imposible. Yo, harta de tomar la decisión difícil y fracasar en el intento, me rindo.

Así es la vida; algo quieres, algo cuesta. Sino, ¿qué sentido tendría? Nunca te des por vencido, no importa que las cosas no vayan como esperabas. Levanta la cabeza, sonríe y ponte andar. Sé fuerte. Este puede ser el comienzo de tu nueva vida :)